miércoles, 6 de octubre de 2010

Damascenos

Mis rosales damascenos de legado familiar son plantas que crecen en sus propias raíces. la  diferencia un rosal no injertado de uno no injertado. El resultado salta a la vista. Rosales como los gallica o los damascenos tienen una densa trama de raíces horizontales, casi rizomas, que les permiten llenar todo el espacio que tienen disponible. De esta manera, ellos mismos se van regenerando y a medida que envejece o se recorta una vara antigua, de inmediato, del nivel del suelo, emerge otra. En cambio, cuando estos rosales se injertan su crecimiento se limita al que salga del punto de injerto. Esta supuesta rosa Celsiana tiene un crecimiento muy vigoroso. Puede servir perfectamente para una valla. Inclinando sus ramas y colocándolas en horizontal podemos optimizar su floración.
El punto más controvertido de todos es el relativo al de su poda y cómo llevarla a término. En todo caso, las podas fuertes las hago a final de mayo o inicios de junio, con la floración ya pasada. Algunos autores consideran que estos rosales hay que tocarlos lo mínimo posible para conservar su carácter, aunque, cuando están colocados exentos, es decir en macizo, si los dejamos crecer sin cortapisas llegan a crear un conjunto demasiado enmarañado y carente de toda forma. Después de unos cuantos años haciendo pruebas, creo que lo mejor es podarlos a un tercio de su altura en las fechas que ya he indicado. De esta manera se consiguen los siguientes objetivos:

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